Queridos hermanos todos, amigos:
Os comparto estas palabras tras celebrar Misa en este retiro de Estivella.
Os tengo a todos
presentes, que Cristo se os manifieste y os conduzca a la felicidad.
🙏

"Vamos a despertar a Lázaro que duerme", ha dicho Jesús...
Avanza la Cuaresma, se aproxima la Santa Pascua y seguimos atónitos, inmersos en el calamitoso espectáculo de esta terrible pandemia que nos azota golpeándonos donde más nos duele: cercenándonos la vida, la bella vida.
Quizá toda esta experiencia negativa nos sirva para darnos cuenta de que en esta vida vamos todos juntos en una misma barca y que o remamos a la par o nos vamos a pique. Es bueno aprovechar todo acontecimiento, para extraer lecciones de vida, pero nada es seguro, ninguno de nuestros buenos propósitos, no seamos ingenuos. La inercia en el corazón del hombre es enorme y es fácil que nuestra humanidad se conforme con una faz deformada. Mucho más segura es la obra de Dios, que como su Amor, permanece para siempre. Hoy querría pues fijar mi atención más en lo que Dios se compromete a hacer por nosotros, que en la movilización de nuestra voluntad hacia el Bien, o sea la conversión.
"Yo os sacaré de vuestros sepulcros" ha dicho la primera lectura del profeta, "yo lo digo y lo
hago", de todo aquello que tiene encadenado nuestro corazón, Dios nos va a librar, ¿lo creemos?
"Os sacaré de vuestros sepulcros", donde estáis prisioneros, en descomposición y os
regeneraré, os inocularé el elixir de la vida, que no es otro que el amor. Nosotros como Lázaro ya
olemos mal: nuestras obras huelen mal, nuestros proyectos huelen mal, nuestras ideas huelen
mal, pero llega Jesús Nazareno y todo lo deja perfumado con buen olor de Cristo, como huele un
jardín florido en primavera.
Cuantas veces descubrimos nuestro corazón enfermo, con tensiones que nos disgregan, con
miserias que nos limitan y con placeres que nos atrapan, pero ha dicho nuestro divino Redentor
que hay enfermedades con las que El se cubrirá de gloria, porque nos va a sanar. ¿Lo creemos?,
¿creemos que el Señor es capaz de darnos la felicidad y perfección que ansiamos y buscamos,
aunque las buscamos mal? Si lo creemos lo conseguiremos porque "Yo lo digo y lo hago que soy
Dios" y "os sacaré de vuestros sepulcros", según reza la primera lectura de hoy."Vayamos a despertar a Lázaro", ha dicho Jesús en el Evangelio de este domingo y a despertarnos también a nosotros, pues unos de una forma otros de otra, unos más otros menos andamos adormecidos, no están nuestros corazones suficientemente atentos a Dios y a los hombres. Necesitamos que se nos despierte de tantos sueños, sueños que nos atrapan a cada uno de una forma, pareciendo que no hubiese otro camino para realizar nuestra humanidad que lo que nosotros pensamos o deseamos, pero siempre hay un camino mejor ¡el Amor!, es seguro, quien ama no falla. Que cada uno reciba el embate del amor, el amor nos golpea insistentemente, suele ser muy sutil y delicado, pero a la larga enérgico. El Amor nos recompondrá, nos resucitará, nos despertará a una vida superior, la única que vale la pena vivir, porque el Amor es Dios.
Un abrazo a todos, in corde Iesu.
Luis Miguel rector

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